jueves, 24 de septiembre de 2009

Las palomas

Las vemos todos los días por las calles, normalmente rodeadas de abuelotes que con los nietos las dan de comer, tranquilamente en las plazas buscando un lugar donde reposar o algunos ejemplares más tímidos escondiéndose en el campo del bullicio contaminante del asfalto.


Odiadas por muchos y llamadas vulgarmente “ratas de ciudad”, por su proliferación en las urbes, se buscan absurdas y crueles “soluciones” al descontrol poblacional de estos animalillos, (que por otra parte, siempre han estado al lado del hombre como tantas y tantas especies que van siendo desterradas) , consistente en abrir cuantos más cotos de caza mejor. Eso sin contar por supuesto los vecinos y vecinas que se toman la justicia por su mano envenenando comida o poniendo pinchos en los alféizares de sus ventanas.


En nuestro queño paraíso, ellas también tiene su hogar, son respetadas, queridas y cuidadas. Muchos de vosotros ya sois padrinos y benefactores de estas nobles criaturas.

La caza como deporte, y sin meternos en debates de supervivencias, de ciclos de la vida o de esquimales que no pueden plantar nada, es algo que en el siglo XXI debería estar revisada y puesta en tela de juicio más a menudo.

Esta pequeña Torcaz ha sufrido en sus alitas el dolor de un disparo, el desgarro del perdigón que por suerte entró y salió, dejando, eso si, su extremidad partida.

Contra todo pronóstico, Kevin seguro que va a volar. La hemos operado, la estamos medicando y en breve veremos los resultados de este duro mes de curas y vendajes, de viajes de aquí para allá con la pobre palomita asustada
EL Hogar de Luci, nosotros y vosotros, queridos voluntarios y colaboradores, vamos a enmendar el daño que los cazadores hacen a estas aves, o por lo menos, intentar devolver su vida a esta pobre torcaz.

El tiro al plato o el senderismo, por mencionar algunas, como alternativas deportivas son de lo más loable y bastante respetables. Quitarle la vida a otro ser vivo por el placer de matar no creemos que lo sea. No pretendemos convertirnos en jueces de los cazadores de este país si no que desde la educación y el compromiso, en el Hogar de Luci intentamos predicar con el ejemplo, así que proponiendo un control de natalidad por parte de los ayuntamientos y un poco de piedad por parte nuestra, de los ciudadanos, nos gustaría animaros a todos a que pongáis un poco de vuestra parte para ayudar a estas aves que alegran el paisaje de nuestro país y que reconfortan el oído con su armonioso ulular.

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