miércoles, 12 de agosto de 2009

Animales como TU


Animales como tú
A lo largo de mi vida, son muchas las imágenes horribles que he visto, pero creo que ninguna me conmovió tanto a nivel interno como las que quiero compartir hoy contigo. Son imágenes que, pese a no contener nada que pueda herir la sensibilidad de nadie, no se borran de mi mente y son precisamente las que me dan fuerza para seguir, día a día, en esta lucha cuyo final no alcanzaré a ver.

La primera granja de animales en la que entré no era de las peores (eso lo supe luego), aunque en ese momento, me pareció el mismo infierno. La puerta se abrió arrojando un poco de luz al interior de una nave polvorienta que olía a miedo. Da igual qué tipo de animales encontré dentro: eran animales, animales como tú y como yo. Con una sola mirada, provoqué tal terror en ellos que comenzaron a gritar mientras corrían hacia el fondo de sus cubículos. Se apretaban unos contra otros, ocultando la cabeza entre los cuerpos de sus compañeros. No creo que les asustara particularmente yo: apenas mido un metro y medio. Les aterrorizó que un humano posara su vista en ellos, como si esa mirada fuera el preludio de su propia muerte.

Tiempo después, visité otra explotación. En esta ocasión entré sola y estuve mucho tiempo recorriendo los interminables pasillos. Miraba a un lado y al otro y sólo veía animales, animales como tú y como yo, apilados en jaulas una sobre otra, hasta alcanzar un techo que se perdía en las sombras. La oscuridad era casi total, solo rota por la luz de unas cuantas bombillas llenas de telarañas. El calor era insoportable. El silencio era absoluto, casi denso, de forma que sólo escuchaba el eco de mis botas resonando en el suelo mientras caminaba. La oscuridad, el calor, el silencio, el sonido de mis pasos…convirtieron poco a poco las jaulas en celdas. Celdas llenas de prisioneros delgados, enfermos, asustados.

Quiero que cierres un momento los ojos. Quiero que imagines que compartes un metro cuadrado de espacio con dos o tres animales más, animales como tú y como yo. Quiero que imagines que tienes agua y comida solo cuando unas caprichosas máquinas cuyo funcionamiento no comprendes te la dispensan, que uno de tus compañeros de encierro ha muerto y su cuerpo inerte te impide alcanzar los barrotes para respirar aire un poco más fresco. Quiero que imagines el miedo que sientes al saber que tú serás el siguiente.

Ahora puedo decirte qué somos nosotros para los animales sin que pienses que exagero. Somos sus carceleros, sus verdugos, sus exterminadores.

Puede que pienses que nada de lo que hagas conseguirá que las cosas sean de otra forma, a penas una gota en un océano de injusticia. ¡Nada más lejos de la realidad! Junto a esos recuerdos que acabo de compartir contigo, atesoro otros: el recuerdo de las vidas que ayudé a salvar, vidas que hoy son de otra forma gracias a animales como tú y como yo. Y con esa idea, miro a mi alrededor y pongo nombre a cada una de las personas que se han ido uniendo a esta lucha. Muchas personas que salvarán muchas vidas de animales como tú y como yo, incluso cuando yo ya no esté aquí. Y tras ellos, vendrán otros. Y sonrío porque sé que muchas gotas juntas pueden formar una gran ola imparable.

1 comentario:

  1. por eso decidí ser vegetariana...has descrito esto tan duro, que he estado contigo en ese infernal y asqueroso sitio, ese cementerio viviente para animales..ojalá esto acabe algún día...
    me siento fatal por haber contribuido alguna vez a esta masacre...

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